jueves, 24 de junio de 2010

Carta del Obispo a los jóvenes en ocasión de la "Jornada Mundial contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas"

San José de Gualeguaychú, 24 de Junio de 2010


Queridos Jóvenes:


El Sábado 26 de Junio es la “Jornada Mundial contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas” instituida por Naciones Unidas.

Se que en varios Colegios han trabajado en torno a esta problemática. Quiero compartir con ustedes estas reflexiones.

Dios nos ama desde que estamos en el vientre materno. Esa certeza que nos relatan los profetas Isaías y Jeremías, y también San Juan Bautista, es experiencia de todos nosotros. Dios nos ama desde la eternidad y por la eternidad. Mi vida, tu vida, la vida de cada uno no es fruto de la casualidad, y menos aún una desgracia del destino. La vida es un regalo del amor de Dios.

El amor de Dios nunca claudica, nunca nos traiciona, nunca nos abandona.

La vida, lo sabés, tiene cambios, no se detiene. En ese crecimiento vas experimentando situaciones nuevas. Algunas hermosas, y otras no tanto. Conocés la alegría, la libertad, el amor; y también sus contrarios.

En algunos de estos cambios podés sentir miedos que no conocías. No te asustes; es común sentir miedo. No se vence el miedo con sustancias: ni tomar, ni fumar, ni consumir te ayudan a vencer el miedo.

A veces puede pasar que sientas una especie de vacío en el corazón. Algunos lo llaman “vacío existencial” o crisis de sentido. Ese vacío no se llena con sustancias, sino con presencias de amor: Jesús, tu familia, tus amigos…

La droga y el alcohol te aísla “y te deja solo”. Tené cuidado de algunos engaños: no hay maneras seguras de drogarte; si te drogás, seguro que te hace mal. Y si te hace mal no te ayuda a vivir. El que te ofrece ese camino no es tu amigo.

La droga no es mala porque es ilegal. Al revés, es ilegal porque es mala. Y por más que legalicen algo del consumo, seguirá siendo perniciosa.

La droga banca el delito. Llega al país y se distribuye en las ciudades y barrios por medio de redes mafiosas. Son verdaderos traficantes de la muerte. Para que estas sustancias lleguen a una esquina han recorrido un camino de delitos: aprietes, amenazas, sobornos, muerte…

La droga “te saca” y te vuelve violento. Una de las teatralizaciones de un Colegio que realizaron ayer a la noche decía “nadie puede ser feliz estando preso, enfermo o muerto”.

Otro de los mensajes que ustedes elaboraron decía “Hoy. La vida es hoy”. Así se muestra la fuerza con que ustedes quieren vivir el presente. Y yo le agregaría algo más: “La vida es hoy… y siempre”. La vida es proyecto que se despliega para la libertad y la solidaridad. Para construir juntos la civilización del amor y de la vida.

Jesús se entregó por amor, y para que tengan vida en abundancia. Les deseo de corazón una vida feliz, libre de adicciones y esclavitudes. Con mi cariño y bendición.


Jorge Lozano

Obispo de Gualeguaychú