jueves, 14 de octubre de 2010

Feliz Día de las Mamás

En casi todas las ciudades y pueblos hay un “monumento a la madre” en alguna de sus plazas. Es una manera de rendir homenaje y expresar gratitud. Es que las mamás de verdad “se merecen un monumento”. Se las representa con el niño pequeños en brazos, o amamantando.

Se reconoce de este modo cómo cuidan el presente y el futuro de ese niño, su hijo, y al hacerlo cuidan también del presente y el futuro de la Patria. Esos brazos son la primera escuela en la que se aprende el amor con asistencia perfecta.

Tus manos son cobijo, ternura y plegaria. Tu vientre lugar de vida y amor. Tu mirada ayuda a crecer confiados y en serenidad. ¡Cuántas poesías nos conmueven manifestando tu belleza!

Todo en vos está dispuesto desde todos los tiempos para esa vocación sublime de la maternidad. Ser mujer, madre, esposa, compañera, amiga despliega aires nuevos en vos y en los demás.

Ayudanos a cuidarnos del desprecio a la vida por nacer y a la vida ya nacida.

Te pido que recemos por dos situaciones que me duelen y preocupan de algunas mamás que sufren mucho.

Una, las mamás de Haití que perdieron a sus hijos en el terremoto, o que los ven lastimados y enfermos. Otras, las mamás en nuestra Argentina cuyos niños son pobres y no les alcanza para darles lo necesario para vivir con dignidad. En nuestro país la mitad de los niños son pobres, y eso los hace muy vulnerables a enfermedades y con grandes dificultades en su crecimiento.

En este año del Bicentenario quisiera también pensar en la Patria como una madre. Ojalá todos los que nacen en la Argentina sientan que la Patria es como una mamá que los abraza y quiere a todos por igual. Que a todos los argentinos —sus hijos— los va a cuidar para que tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades de crecer.

Para que tengamos un Bicentenario en Justicia y Solidaridad te necesitamos, mamá. Rezo por vos y los tuyos.

Con mi cariño y bendición,

Monseñor Jorge Lozano

lunes, 20 de septiembre de 2010

Carta de Mons. Lozano a los jóvenes en ocasión del Día del Estudiante

San José de Gualeguaychú, 21 de septiembre de 2010



Queridos Jóvenes:

Con ocasión del Día de Estudiante –y de la Primavera– me gusta escribirles a modo de carta, y compartir unas palabras con ustedes.

Hace pocos días una estudiante universitaria me dijo: “ser joven hoy no es tarea fácil”. La verdad es que me desconcertó un poco. Pero enseguida criticó la educación en la facultad, las lagunas –u océanos– que le quedaron del secundario, la ausencia de los viejos en su vida… En fin, pasó una serie de facturas que dejaban claro que “ser joven hoy no es tarea fácil”. También hablamos de jóvenes que son mamás y papás, sus anhelos, dificultades: la casa propia, el trabajo.

Es que más allá de cómo es la relación con tu familia, tu estudio, tus amigos, muchas veces te ves con “rumbo incierto”. Es más, notás que toda la sociedad está de la misma manera, sin saber adónde ir. Algunos sociólogos dicen que el mundo vive como una crisis de sentido.

La tentación para muchos es escaparse de esta realidad, y refugiarse en una es-pecie de mundo imaginario, artificial y de fantasía. La droga, el alcohol, el desenfreno, te terminan dejando con un sabor amargo de soledad y tristeza. Rajarse no soluciona las cosas.

Pero no todo esta tan mal. También sabés que hay amigos y amigas que están siempre; aunque sea tarde, haga frío o llueva, están ahí para lo que sea. Tienen sueños en común, caminos que se parecen.

Estamos celebrando el Bicentenario de la Patria del 2010 al 2016. En estos meses escuché a unos cuantos jóvenes planteando la necesidad de cambiar algunas cosas en la vida de los argentinos. Otros son más escépticos y piensan que las cosas son así, y nada más.

Lo cierto es que el mundo puede cambiar. Puede ser mejor, más justo, más solidario. Pero ese cambio no es algo automático; se logra con el compromiso, la creatividad, la tarea compartida con otros.

Ese cambio no es una bonita ilusión: es una esperanza verdadera.

Jesús dijo: “yo hago nuevas todas las cosas”.

Confiá en Él. Él confía en vos.

Con mi cariño y bendición,


Jorge Lozano
Obispo de Gualeguaychú

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Docentes del Bicentenario

Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

Hace pocos días celebramos el “día del maestro” y ahora lo hacemos con el “día del profesor”. Estas dos fechas nos hacen detenernos de manera especial la vocación docente.

Desde una mirada de fe toda vocación tiene una doble perspectiva. Es llamado de Dios y es respuesta del corazón humano que acoge y responde. De parte de Dios el motivo del llamado es el amor, y espera lo mismo como motivación de la respuesta.

Siempre miré tu vocación —y también la mía— como un regalo de Dios. Él nos confía “vidas en desarrollo”, en apertura y crecimiento. (Me acuerdo de una canción que dice “con las alas del alma, desplegadas al viento…”)
Cotidianamente tratamos con vidas —cortas o no tanto en edad— que tienen historias de alegrías, logros, fracasos, miedos. Somos cobijo y amparo. Lugar de encuentro con uno mismo.

Hay en los alumnos mucho deseo de vitalidad. Sabemos que en Escuelas Rurales ellos hacen muchos kilómetros y esfuerzos para poder educarse. Cotidianamente, en las rutas, también he visto docentes haciendo dedo y viajando como sea para poder llegar al lugar indicado. ¡Cuántos viajan en lancha o hacen largos caminos a pie o en bicicleta! Esfuerzos de muchos.

Sé cómo te preocupa la repitencia reiterada de algunos; el flagelo de la droga y otras adicciones que amenazan la dignidad e integridad de niños y jóvenes. Buscás comunicar saberes y sabiduría de vida.
Por eso se insiste en hablar de vocación. La vida tiene sentido en la medida de la respuesta. La docencia es un servicio a veces no reconocido por las familias, la sociedad, la propia comunidad educativa. Pero sabemos lo valioso que es en nuestra vida y en aquellos que el Señor nos confía.

Y podemos agregarnos una pregunta: ¿tendrá algún significado particular ser docentes en tiempos del Bicentenario 2010-2016? Estoy convencido de que sí. Es un tiempo muy bueno para mirar la vida de la Patria y renovar el compromiso por la fraternidad y la amistad social. De renovar el deseo de educación integral para todos y de construir una Patria en justicia y solidaridad.

Podemos pensarlo así: en nuestras aulas están hoy algunos que serán mañana Legisladores, Directores de alguno de los hospitales, Docentes, Párrocos, Gobernantes, Dirigentes Sindicales o Empresarios, Comunicadores, mamás, papás… en unos años. Ayudamos a que cada uno y cada una encuentren su lugar en el mundo concreto. ¿Qué país soñamos? ¿Qué patria estamos construyendo hoy?
Somos educadores de esperanza.

¡Feliz día del maestro y del profesor!
Dios te bendiga.

Mons. Jorge Lozano

jueves, 8 de julio de 2010

"Legislar como si Dios no existiera"

Matrimonio homosexual: sociedad, religión y ley

Legislar como si Dios no existiera

Jorge Eduardo Lozano
Para LA NACION
Jueves 8 de julio de 2010

En estos meses, se ha instalado en la Argentina el debate acerca del lugar jurídico que debe tener la relación de convivencia de personas del mismo sexo y las consecuencias acerca de la adopción.

Aunque se diga que busca considerar los derechos de las minorías, el proyecto que hoy se debate en el Congreso también muestra un modelo de sociedad, de familia, de matrimonio para todos. Muestra qué es lo adecuado o inadecuado. La ley no es inocua.

Ha habido, en algunos casos, manipulación del lenguaje, confusión de derechos individuales con necesidad de tal o cual marco jurídico. Se confunde lo parecido con lo igual. Y esas confusiones nos confunden a la hora de entender.

Lamentablemente, también hubo quienes apelaron a la agresión verbal o los calificativos que buscan etiquetar para desacreditar. Tildar de trogloditas anacrónicos o discriminadores a quienes piensan distinto no hace bien a la democracia. No son así los más de cien diputados que votaron en contra de este proyecto; ni los más de cien que votaron a favor son necesariamente progresistas. Tenemos derecho a afirmar una posición con pasión, pero no a descalificar a quien piensa distinto.

Es una pena que los debates con los senadores y las audiencias públicas no se puedan realizar en todas las provincias, como si hubiera algunas de primera y otras de segunda; en realidad, ciudadanos que no son escuchados y lugares en los que no es posible expresar opinión de modo institucional, en audiencias con los representantes elegidos por cada pueblo.

Otra reflexión merece lo que algunos sostienen acerca del aspecto religioso del matrimonio. Hay postulados religiosos que están en la raíz de la cultura de los pueblos. Así, por ejemplo, los mandamientos dados por Dios a Moisés no "rigen" sólo para los que profesan la religión judía. "No robar", "no matar", "no mentir", "honrar a los padres" son preceptos exigibles no sólo a quienes ven la Biblia como libro sagrado. Algo semejante podemos decir de las incidencias sociales de las enseñanzas de Jesús en los Evangelios. Somos hermanos, y no sólo de los argentinos. Cuidamos de los frágiles, los pobres, los enfermos. Sabemos que la felicidad y el bien están en trabajar por la paz y por la justicia. Por eso, afirmar que el matrimonio entendido como la unión de varón y mujer es sólo un postulado religioso nos pone en riesgo de estrechar la mirada.

Por otro lado, más del 90% de la sociedad argentina -los ciudadanos- se manifiesta creyente en Dios. Legislar como si Dios no existiera es imponernos a todos un ateísmo artificial. Es obligar a que la sociedad se "disfrace" de no creyente para legislar. Borrar a Dios no nos hace más abiertos o más tolerantes o más "progres". Y esto no significa promover la teocracia.

Pensar de este modo no es perseguir, marginar o discriminar a quienes, siendo de un mismo sexo, conviven de modo estable. Si no, deberíamos decir que la actual ley en debate se propone discriminar a quienes viven su sexualidad de otro modo.

Digámoslo así: ¿por qué los contrayentes han de ser sólo dos? ¿Por qué no se llama también matrimonio a la relación entre más de dos contrayentes? ¿Por qué el proyecto no contempla que los contrayentes puedan ser hermanos del mismo o de diverso sexo? Cada tanto aparece en el cine o en la televisión alguna novela que muestra enamoramientos entre hermano-hermana o padre-hija. Propongo estos ejemplos con todo respeto, ya que sé que hay algunos que viven o buscan vivir de ese modo. Sin embargo, no dicen que son discriminados al no poder ser contrayentes de matrimonio.

También es bueno preguntarse si este debate es oportuno en este tiempo. Sé que esto ya es una cuestión de ponderación o valoración, pero, no obstante, me permito expresarlo. Me gustaría estar asistiendo al debate de otros grandes temas que afectan los derechos de muchos o de minorías también postergadas: la pobreza y la exclusión social, la desnutrición infantil -en la Argentina la mitad de los pobres son niños, ¡y la mitad de los niños son pobres!-, la droga, la corrupción, la violencia, la fuga de capitales, el trabajo en negro, el déficit de vivienda; crisis pesquera, protección de glaciares y bosques, minería? Cuánta urgencia hay en las comunidades aborígenes discriminadas por el difícil acceso a los títulos de la tierra.

Estos temas representan situaciones de angustia para muchos grupos sociales que ven vulnerados sus derechos. ¿No deberían ser prioritarios en el debate legislativo? No digo que haya minorías cuyos derechos deban ser tutelados y otras a las que no. Pero el Estado, desde su posición privilegiada que le permite entendernos, abarcarnos y proyectarnos como sociedad, tiene la obligación de hacer su mejor esfuerzo para fijar prioridades.

Mucho se ha dicho también acerca del deseo de rescatar a los chicos de la calle y de la pobreza. Pues se puede hacer ya algo por ellos. Existen y funcionan varias organizaciones -religiosas o no creyentes, para todas las opciones- que cotidianamente los visten, les dan de comer y procuran brindarles un hogar.

Los "chicos de la calle" no son de la calle, sino de alguien: tienen familia. Pero estas familias son muy pobres o están desarticuladas o los tratan con violencia. Ellos no quieren ser adoptados ni por homosexuales ni por heterosexuales. Quieren el cariño de sus papás y hermanos, y un techo seguro. Se los puede apadrinar con ternura y cariño, sin necesidad de adopción. Nuevamente, es cuestión de ensanchar la mirada.

Es importante insistir en que siempre se ha de buscar el bien del niño por adoptar y no colocar por encima la necesidad del adoptante. Proponer el argumento de que una persona tiene gran capacidad de cariño y necesita expresarlo es partir del punto equivocado. Uno de los importantes aportes del siglo XX ha sido el desarrollo de la psicología. Sigmund Freud y otros autores han destacado, en la psicología evolutiva, la necesidad de la identificación sexual con el papá y la mamá, el mecanismo de transferencia, el complejo de Edipo? El bien del niño o niña, esto es, su desarrollo y maduración, necesitan del papá varón y la mamá mujer. Nuestros legisladores deberían replantear el marco legal de la adopción. Hay muchas familias anotadas hace años que siguen esperando. Así, aparecen "mercados negros" que ofrecen soluciones rápidas por unos pesos mediante el engaño de las madres biológicas.

Tomemos el mapa del mundo. Miremos a otros países. Estas cuestiones les han llevado años de debates, consensos y búsquedas de alternativas. Son muy pocas -poquísimas- las naciones que han optado por este tipo de legislación. Un reciente fallo de la Corte Europea de Derechos Humanos determinó que no cometen discriminación los estados que no autorizan el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En nuestra Cámara de Diputados, el proyecto contó con 126 votos a favor, 109 en contra y cinco abstenciones. Se prevé que en el Senado la votación será también muy pareja. Para un cambio tan importante en la vida de las familias, ¿son suficientes dos o tres votos de diferencia? ¿No será conveniente acudir a un plebiscito? ¿No será la hora de escuchar a todo el pueblo argentino? Es para pensarlo.

©LA NACION

El autor es obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

jueves, 24 de junio de 2010

Carta del Obispo a los jóvenes en ocasión de la "Jornada Mundial contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas"

San José de Gualeguaychú, 24 de Junio de 2010


Queridos Jóvenes:


El Sábado 26 de Junio es la “Jornada Mundial contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas” instituida por Naciones Unidas.

Se que en varios Colegios han trabajado en torno a esta problemática. Quiero compartir con ustedes estas reflexiones.

Dios nos ama desde que estamos en el vientre materno. Esa certeza que nos relatan los profetas Isaías y Jeremías, y también San Juan Bautista, es experiencia de todos nosotros. Dios nos ama desde la eternidad y por la eternidad. Mi vida, tu vida, la vida de cada uno no es fruto de la casualidad, y menos aún una desgracia del destino. La vida es un regalo del amor de Dios.

El amor de Dios nunca claudica, nunca nos traiciona, nunca nos abandona.

La vida, lo sabés, tiene cambios, no se detiene. En ese crecimiento vas experimentando situaciones nuevas. Algunas hermosas, y otras no tanto. Conocés la alegría, la libertad, el amor; y también sus contrarios.

En algunos de estos cambios podés sentir miedos que no conocías. No te asustes; es común sentir miedo. No se vence el miedo con sustancias: ni tomar, ni fumar, ni consumir te ayudan a vencer el miedo.

A veces puede pasar que sientas una especie de vacío en el corazón. Algunos lo llaman “vacío existencial” o crisis de sentido. Ese vacío no se llena con sustancias, sino con presencias de amor: Jesús, tu familia, tus amigos…

La droga y el alcohol te aísla “y te deja solo”. Tené cuidado de algunos engaños: no hay maneras seguras de drogarte; si te drogás, seguro que te hace mal. Y si te hace mal no te ayuda a vivir. El que te ofrece ese camino no es tu amigo.

La droga no es mala porque es ilegal. Al revés, es ilegal porque es mala. Y por más que legalicen algo del consumo, seguirá siendo perniciosa.

La droga banca el delito. Llega al país y se distribuye en las ciudades y barrios por medio de redes mafiosas. Son verdaderos traficantes de la muerte. Para que estas sustancias lleguen a una esquina han recorrido un camino de delitos: aprietes, amenazas, sobornos, muerte…

La droga “te saca” y te vuelve violento. Una de las teatralizaciones de un Colegio que realizaron ayer a la noche decía “nadie puede ser feliz estando preso, enfermo o muerto”.

Otro de los mensajes que ustedes elaboraron decía “Hoy. La vida es hoy”. Así se muestra la fuerza con que ustedes quieren vivir el presente. Y yo le agregaría algo más: “La vida es hoy… y siempre”. La vida es proyecto que se despliega para la libertad y la solidaridad. Para construir juntos la civilización del amor y de la vida.

Jesús se entregó por amor, y para que tengan vida en abundancia. Les deseo de corazón una vida feliz, libre de adicciones y esclavitudes. Con mi cariño y bendición.


Jorge Lozano

Obispo de Gualeguaychú

jueves, 20 de mayo de 2010

Primer Encuentro de Directivos - Zona Uruguay

Compartimos con Uds.la siguiente presentación del Primer Encuentro de Directivos en la zona Uruguay, en el marco de la Misión Diocesana en las comunidades escolares.

Aportes para el Bicentenario

HACIA UN BICENTENARIO EN JUSTICIA Y SOLIDARIDAD (2010-2016)

Queridas comunidades educativas


Es providencial el tiempo que nos toca vivir, el del Bicentenario de la Patria. Un tiempo que se nos presenta con luces y sombras, pero que nos invita a la esperanza. Nuestros Obispos así lo perciben: “Muchos signos nos hacen pensar que está por nacer un país nuevo, aunque todavía no acaba de tomar forma”

La escuela tiene un papel fundamental porque está llamada a ser custodia del tesoro de la cultura. En nuestras aulas se están formando los ciudadanos de este país nuevo por nacer y nosotros estamos llamados a despertar la ilusión de que esto es posible.

En el documento del Episcopado Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad (2010-2016) los obispos nos iluminan sobre la misión que tenemos y los valores que forman parte de nuestro ser argentino.


9. Desde los inicios de nuestra comunidad nacional, aún antes de la emancipación, los valores cristianos impregnaron la vida pública. Esos valores se unieron a la sabiduría de los pueblos originarios y se enriquecieron con las sucesivas migraciones. Así se formó la compleja cultura que nos caracteriza. Es necesario respetar y honrar esos orígenes, no para quedarnos anclados en el pasado, sino para valorar el presente y construir el futuro.
No se puede mirar hacia delante sin tener en cuenta el camino recorrido y honrar lo bueno de la propia historia.



10. En nuestra cultura prevalecen valores fundamentales como la fe, la amistad, el amor por la vida, la búsqueda del respeto a la dignidad del varón y la mujer, el espíritu de libertad, la solidaridad, el interés por los pertinentes reclamos ante la justicia, la educación de los hijos, el aprecio por la familia, el amor por la tierra, la sensibilidad hacia el medio ambiente, y ese ingenio popular que no baja los brazos para resolver solidariamente las situaciones duras de la vida cotidiana.
Estos valores tienen su origen en Dios y son fundamentos sólidos y verdaderos sobre los cuales podemos avanzar hacia un nuevo proyecto de Nación, que haga posible un justo y solidario desarrollo de la Argentina.



11. Acercándonos al Bicentenario, recordamos que nuestra patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad, como un regalo que debemos cuidar y perfeccionar. Podremos crecer sanamente como Nación si reafirmamos nuestra identidad común…”



12. Nuestra mirada es esperanzada. “Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras” Creemos estar ante una oportunidad única. Podemos aprovecharla, privilegiando la construcción del bien común, o malgastarla con nuestros intereses egoístas y posturas intransigentes que nos fragmentan y dividen.


Como un aporte a la reflexión que deberemos hacer a lo largo de este tiempo de festejo y reflexión, que los Obispos extienden hasta el 2016, Bicentenario de nuestra Independencia, les enviamos estos subsidios que forman parte de una revista que está por publicar el Instituto “Sedes Sapientiae” y que a la brevedad les haremos llegar a cada Institución. Deseamos pueda servir para el estudio y la reflexión Institucional .

Les adelantamos los siguientes aportes:


"El Tedeum: Alabanza y súplica por la Patria"

"El filósofo de la revolución fue un jesuita"

"Participación del clero en el proceso revolucionario rioplatense"

Descargar aquí.

miércoles, 19 de mayo de 2010

"Sean uno para que el mundo crea"

El 25 de abril pasado, nuestro Padre Obispo Mons. Jorge E. Lozano, presentó su Carta Pastoral, con motivo de la ASAMBLEA DIOCESANA.
 
La misma fue escrita luego de una lectura atenta de las respuestas de las comunidades en la encuesta realizada durante la primera etapa.
 
Es para nosotros un motivo de profundo gozo, invitarlos a compartir una experiencia de comunión, en la lectura y meditación de esta Carta Pastoral.
 
Como directivos es muy importante que seamos animadores en nuestras comunidades para que la Carta sea conocida y reflexionada, adaptándola a la propia realidad, para que a todos resulte provechosa en su camino personal y en su compromiso con los demás.
 
Cada comunidad escolar decidirá cómo y con quiénes trabajar. En todos los casos, los invitamos a que esta etapa vaya acompañada de reiterados e intensos momentos de oración. A propósito, sería bueno que incorporemos todos los días el rezo de la oración por la Asamblea , que figura al final de la Carta.
 
La síntesis de la comunidad educativa deberá ser entregada en la Parroquia correspondiente, antes del 20 de junio (consultar fecha con el párroco).
 
Confiamos esta nueva etapa a nuestra Madre del Rosario, Patrona de la Diócesis.

 

 
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